En Luis Vera Oposiciones ya os hemos mostrado algunos métodos que pueden resultar muy eficaces para estudiar oposiciones. Por tanto, hablar de la Ley de Parkinson no es algo novedoso. Este sistema fue ideado por el historiador británico Cyrill Northcote Parkinson, y fue citado por primera vez en la revista The Economist, en un ensayo satírico escrito por el propio historiador en 1955.

La Ley de Parkinson, en realidad las 3 Leyes de Parkinson, buscan mejorar la eficiencia en el trabajo. Antes de entrar de lleno en este sistema de estudio, aquí van esos tres principios que desarrolló el historiador británico: el trabajo ocupa todo el tiempo disponible; los gastos tienden a igualar a los ingresos; el tiempo invertido en una tarea no depende de su importancia.

Qué es la Ley de Parkinson

La Ley de Parkinson parte de la siguiente reflexión: el trabajo se expande hasta llenar todo el tiempo disponible hasta su finalización. El historiador británico afirmó que los esfuerzos y las capacidades aportadas para completar una tarea van ganando en intensidad a medida que se aproxima el plazo de vencimiento. Por tanto, si no hay un límite para completar esa tarea, el encargado de esa tarea entra en estado de relajación.

Trasladar esa idea al ámbito de los estudios y las oposiciones supone caer en la cuenta de que hay ocasiones en las que a veces se dedica más tiempo del necesario a aprender una lección o un tema del que realmente se necesita, porque a veces los opositores procrastinan.

La Ley de Parkinson para estudiar invita a definir bien los límites temporales que se han de dedicar a cada tarea, para no entrar en ese estado de procrastinación. De no hacerlo, es probable que el proceso de aprendizaje se vea muy mermado.

Cuáles son los beneficios de este método de estudio

Aunque este sistema no fue ideado para avanzar en las oposiciones, la Ley de Parkinson como método de estudio sí ha ganado mucha popularidad con el paso de los años. De hecho, si se aplica bien, puede generar beneficios como los siguientes:

  • Más productividad y eficacia en el estudio.
  • Mejor optimización del tiempo.
  • Menos sensación de frustración como estudiante.
  • Más ambición y compromiso con las oposiciones.

Cómo aplicar la Ley de Parkinson para preparar tus oposiciones

Ahora que ya sabes cuál es la Ley de Parkinson y cómo puede ayudar en las oposiciones, es momento de dirigirla hacia la planificación de los estudios. El primer paso es elaborar una agenda concreta y ser realista con los contenidos a memorizar y aprender. Y a partir de ahí puedes seguir estas recomendaciones.

Establecer límites de tiempo claros

Es el primer paso para sacar el máximo partido de lo que propuso Parkinson. Asigna tiempos concretos y bien definidos a cada tarea, con plazos precisos, para que no quede tiempo a la procrastinación. Por supuesto, en esta asignación de tiempos también ha de haber momentos para la relajación.

Dividir el temario en tareas

Otra vía para aplicar este método de estudio es dividir el temario en tareas, en piezas más pequeñas, que sean más asumibles. Así, el aprendizaje progresivo y concreto irá ofreciendo recompensas continuas. En este punto debes priorizar también qué contenidos son los más importantes para aprender y cuáles puedes dejar fuera.

Aprovecha los periodos de mayor productividad

El tercer consejo es seleccionar aquellos momentos para el estudio en los que te sientas más motivado y más productivo. No siempre es fácil, pues a veces las obligaciones familiares y laborales no te lo permitirán, pero si puedes hacerlo, reserva esas horas al estudio. Ya en ellas, puedes aplicar otros métodos también efectivos como los Pomodoros.

Priorizar el proceso sobre la perfección

Es la etapa final y la más importante. El aprendizaje de Parkinson es que los resultados acaban llegando si están bien planificados en el tiempo. No es tan fundamental conseguir resultados perfectos, sino avanzar en el proceso, pues con este sistema reduces bloqueos innecesarios e involuntarios.

La Ley de Parkinson puede enseñar a los opositores a gestionar mejor su tiempo. No es tanto un método de estudio, sino una planificación para repartir y administrar mejor las horas y días de aprendizaje. Los opositores que saben que su tiempo siempre es limitado pueden encontrar en este sistema un buen aliado para acercarse a sus objetivos.

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